OBJETOS DE PLATA Y SISTEMAS DE MARCAJE.

La plata es un metal precioso, con lo que conlleva un valor intrínseco dentro del mercado, es distintivo de opulencia y riqueza. En los periodos de crisis las piezas de plata se fundían para fabricar monedas o lingotes con los que pagar a los ejércitos. La plata no puede trabajarse por sí sola, debido a su blandura, lo normal es que se ligue con cobre, dependiendo de lo que lleve podremos hablar de: plata industrial (999), plata de 1ª Ley (925) o plata de 2ª Ley (800). En un objeto de plata, además del material base, se valorarán los niveles del diseño, la forma o la decoración; pero también la pátina, la fecha y el fabricante y esto lo hallaremos en el sello de la pieza. El sello en una pieza de plata es una pequeña impresión que se estampa en el objeto. Un distintivo que nos ayudará a identificar a su fabricante, la fecha aproximada de verificación y su procedencia. Las marcas han evolucionado a lo largo de los siglos, también influyen la zona geográfica donde se han hecho, las variaciones de letras, pueden cambiar los tamaños de los símbolos, o que una ciudad cambie de marca…ya que cada platero y también cada marcador, podía hacerse un punzón diferente al de su antecesor o también podían tener varios punzones. Existen cientos de sellos en piezas de todo el mundo, siendo Reino Unido y España donde más cantidad encontraremos.

REINO UNIDO– es uno de los pocos países que tiene el sistema de marcado bien estudiado y recopilado. Durante el reinado de Eduardo I (1239-1307) se estableció un sistema para sellar la plata, estableciendo un patrón común, consistente en que la pieza debía tener un 92,5% de plata por un 7,5% de cobre, a esto se le denominó plata de ley y para distinguirla se ponía la cabeza de un leopardo, incluida en el escudo de armas real, por lo que también recibió el nombre de sello del rey; indicando que la pieza había sido verificada. Para regular las falsificaciones existentes en el mercado, a partir de 1363 se añadió el sello de fabricante y en 1478 una letra de fecha que indicaba el año en que se había verificado la pieza de plata. En 1544 la cabeza de leopardo fue sustituida por el lion passant, también perteneciente a la heráldica real, para indicar el control de la Corona sobre la oficina de verificación. Estos cuatro sellos constituyen el sistema establecido para autentificar la plata. Expliquemos un poco en qué consiste cada sello:

–Sello de fiel contraste– indica la ciudad donde se ha verificado la plata. Desde 1478 se pidió a los guardianes del fiel contraste que colaboraran con el gremio de orfebres para impedir el sellado de piezas ilegales. Londres se convirtió en el primer centro de sellado de Gran Bretaña, y a partir de 1544 usó la cabeza de leopardo como sello de la oficina de contraste.  Desde finales del XVII se establecieron otras oficinas en Chester (sello con una espada y tres gravillas de trigo), Exeter (un castillo con tres torres), Newcastle (tres castillos), Birmingham (un ancla) y Sheffield (una corona).

–Sello del fabricante– debido a la mayoría de población iletrada desde 1363 se usaron símbolos para marcar la plata, esta práctica se mantuvo hasta el siglo XVII, cuando entonces a mezclarse los símbolos con las letras. En el siglo XVIII los símbolos se fueron abandonando en detrimento del nombre y el apellido del fabricante. Durante el periodo del Patrón Britania, desde 1697 a 1720, los plateros tuvieron que registrar un nuevo buril que consistía en las dos primeras letras de su apellido.

–Letra de datación– se usó en Londres por primera vez en 1478 y estando en vigor hoy en día, nos indica el año en que se ha verificado el objeto en una oficina de contraste. Como es normal, con el cambio de año, varía el sello, ya que coincidía con el nombramiento de un nuevo maestro de fiel contraste. La letra está encerrada en un escudo, cuyo diseño también ha cambiado a lo largo de los años.

–Sello de plata de ley– certifica que la pieza cumple con el patrón exigido por la ley. Como se ha mencionado, al principio se empleó la cabeza del leopardo, a partir de 1544  se adoptó el lion passant caminando hacia la izquierda y la cabeza de leopardo se convirtió en el sello de la oficina de contrastes de Londres. Durante la guerra civil inglesa se utilizó el sello del Patrón que sustituyó al lion passant desde 1697 hasta 1720.

–Sello de Patrón o Patrón Britania– durante la guerra civil inglesa, iniciada en 1649 y que duró once años, se fundieron enormes cantidades de plata de ley, que se convirtieron en monedas para pagar a las tropas. Tras la restauración de la monarquía, en 1660, cuando Carlos II accedió al trono, la demanda de plata aumentó tanto que se fundieron las monedas o se les arrancaron los bordes para crear los objetos domésticos necesarios. Esta práctica era ilegal y, para contrarrestarla, se introdujo en 1697 el Patrón Britania, que obligó a los plateros a adoptar un nuevo patrón de 95,8% de plata pura. Se introdujeron nuevos sellos para regular cuidadosamente el sistema. La figura de Britania sustituyó al lion passant hasta 1720 cuando se adoptó la plata de ley de nuevo como patrón legal.

–Sello de aduana– se impuso por primera vez sobre la plata británica en 1720. El coste de la guerra de secesión estadounidense (1775-83) aumentó la necesidad de obtener ingresos y se impuso un arancel sobre la plata, calculado por peso. En 1784 se adoptó un sello que mostraba la cabeza del monarca, de perfil, para demostrar que ese arancel se había pagado al gobierno en el momento de efectuar el contraste de ley. Las cabezas de los sucesivos soberanos reinantes aparecieron en las piezas inglesas hasta 1890, cuando los plateros consiguieron convencer al Parlamento para que aboliera el impuesto.

–Sellos conmemorativos– a petición del fabricante, la oficina de contraste de ley podía autorizar la inclusión de sellos en los objetos de plata durante un periodo de tiempo, para conmemorar un importante acontecimiento o aniversario público. Estos sellos son opcionales y no pertenecen estrictamente al sistema de sellos de plata de ley. Entre ellos se han utilizado los del quincuagésimo aniversario de Jorge V y la Reina María, en 1935, el sello de la coronación de Isabel II en 1953 y el de su vigésimo quinto aniversario como reina, en 1977.

–Sellos escoceses e irlandeses– los sistemas de sellado para Escocia e Irlanda son similares a los aplicados en Inglaterra, aunque se utilizaron diferentes patrones y la plata de ley terminó por convertirse en el patrón universalmente aceptado. Los sellos en la plata escocesa se introdujeron a mediados del siglo XV: en 1485 el sello de Edimburgo era un castillo con una torre central, entre los años 1759 hasta 1975 fue el cardo el que sustituyó al sello del maestro de fiel contraste (con la letra de fechado); Glasgow adoptó el león rampante del escudo de Escocia y la cabeza del soberano en 1819, a los que añadió el sello de la ciudad, desde 1914 se utilizó el sello del cardo. En Irlanda empiezan a sellarse las piezas en el siglo XVII. Bajo gobierno británico, se usó un arpa coronada para representar la plata de ley. El arpa coronada fue el sello de la ciudad de Dublín desde 1637 y en 1731 a ésta se añadió la figura de Hibernia. Pero el sistema de sellado tendía a ser arbitrario y la plata irlandesa no siempre llevaba completos los sellos, sobre todo en la plata del siglo XVIII, cuando por diferentes circunstancias históricas se introdujeron numerosas y diferentes variaciones.

ESPAÑA– la práctica común de sellar las piezas de plata comenzó en el siglo XVI, aunque se sabe que algunos plateros sellaban sus piezas desde antes: se han encontrado marcas desde el siglo XIV, se trata de una marca de localidad de la Corona de Aragón. Dentro de los sellos españoles podemos distinguir diferentes tipologías:

–Artífice– corresponde al autor, esta persona había registrado su sello o sellos con anterioridad en la corporación de plateros. La Congregación de San Eloy, guardaba todas las planchas de plomo de los plateros. En la Corona de Castilla se remontan al siglo XV, mientras que en la Corona de Aragón y Navarra, su uso no será habitual hasta el siglo XVIII. Lo normal es que sean nominativas, apareciendo el nombre o el apellido, desde el siglo XVIII, o bien ambos juntos. También se han  encontrado sellos simbólicos que aluden al apellido, práctica generalizada en los plateros barceloneses.

–Localidad– este sello alude a la localidad donde el marcador ejerce su profesión y no a la de origen de la pieza. La pone el marcador cuando hace la prueba de ensaye. Este sello se pone por primera vez en el siglo XIV en la Corona de Aragón y en la Corona de Castilla y Navarra se emplearán un siglo después aunque las disposiciones ya existieran desde el XIV. Hay tres variedades dentro de este tipo de sello:

• Nominal– que lleva el nombre de la localidad, en latín en las primeras piezas y en lengua vulgar más tarde.
• Heráldica– que reproduce el escudo o las armas de la ciudad. Más frecuentes en el siglo XVIII en localidades gallegas, andaluzas y castellanas.
• Marca mixta– es decir aquella en la que vemos el escudo arriba y abajo el nombre de la ciudad.

Es raro, aunque se han dado casos, que haya localidades que lleven dos marcas, por ejemplo: Madrid fue Villa y Corte y que hasta 1765 no se unificó en la misma oficina. Lo normal en estos casos es que se alternaran las marcas. Las marcas de localidad iban ligadas a las cronológicas, que se ponían debajo. 

–Cronológicas– son las últimas en aparecer en la platería española, datan del siglo XVII, aunque en Zaragoza hay una pieza de finales del XVI con esta marca. Su uso generalizado será en el XVIII, y son siempre números, como hemos mencionado ya, van ligadas en el mismo punzón que las marcas de localidad o con la del marcador. Cuando van con la localidad van debajo, y su colocación con la marca del marcador dependerá de la cifra: si hay una cifra se coloca abajo, con tres arriba y con dos o cuatro puede ir arriba o abajo. Se las recuadra con un cartucho rectangular, también aquí encontraremos tres tipos de sellos según su frecuencia cronológica:

• Anuales– el marcador cambiaba de punzón todos los años, así que se nos indica el año exacto en el que se ha realizado la pieza.
• Periódicas– no son anuales, ya que el marcador cambia de marcador con un intervalo superior al año.    
• Fijas– el marcador no cambia de punzón a lo largo de su vida laboral.

–Marcador o Fiel Contraste– es la persona que marca la pieza tras haber verificado que se cumple la ley de la Plata. Antiguamente se asociaba a la localidad, pero lo normal es que haya una marca cronológica, cosa que no ocurre en el caso de los sellos de artífice. Este tipo de marcas empezaron a usarse en el siglo XV en los territorios de la Corona de Castilla, y hasta el XVIII no aparecerán en la Corona de Aragón; anteriormente se ha mencionado el caso excepcional de Madrid, donde hubo dos marcadores simultáneos hasta 1765.

Otro tipo de marcas, fueron las marcas de ley, que no eran necesarias puesto que la ley de la plata no siempre fue igual y según el paso del tiempo se fueron fijando distintas purezas; estuvo fijada en 999, 925 y 800 milésimas, como se ha mencionado anteriormente y se ha de consignar con el número, dentro de un rectángulo, aunque la más habitual es la de 925 milésimas. Otro sello era el del propietario, que se presta a confusión ya que no se sabe si pertenece al platero o al marcador; y por último el de remarcaje, a veces, una pieza ya marcada, pasa por un segundo examen, cuando un nuevo propietario quiere asegurarse que el objeto cumple la ley.

RUSIA– La plata rusa tiene cuatro sellos consistentes en números y símbolos dentro de cartuchos rectangulares, circulares u ovales. Hay que tener en cuenta, que pueden usar tanto el alfabeto latino como el cirílico.

–Fabricante– será un juego de iniciales, por lo general dos, que se meten en un cartucho, su forma nos puede ayudar a la hora de conocer la persona que hizo la pieza.

–Ensayador– persona del gobierno que se encarga de verificar la calidad de la pieza. Si pasa la inspección, estampa sus iniciales con la fecha debajo como parte del sello. El sello suele colocarse cerca de la marca del fabricante, forma parte de los sellos del gobierno, que también incluyen los de la ciudad y la calidad. Este sello siempre está en cirílico.

–Ciudad– suelen cambiar con el tiempo. En el siglo XVII se establecieron oficinas de verificación en Moscú y San Petersburgo. Originalmente, el sello de Moscú fue el águila imperial de doble cabeza, pero se sustituyó en 1741 por un sello que mostraba a San Jorge matando al dragón. En San Petersburgo se usaba un águila de dos cabezas con una daga de 1700 a 1740; después dos anclas formando una cruz sobre un cetro vertical reemplazándolo.

–Calidad– nos indicará la cantidad de plata que se ha usado en el objeto. Consiste en un número de dos dígitos que denota el contenido en plata en partes por mil. Los números son una parte de un sistema ruso, llamado zolotniks, que no se corresponde directamente con otros sistemas de calidad de plata aceptados (p.ej.- el número zolotnik 84 en la plata rusa se convierte a 87,5% de plata). A finales del siglo XIX se añadió una cabeza al sello por edicto del zar Nicolás II, que recibió el nombre de sello Kokoshnik. Esta cabeza ha cambiado a lo largo de los años: coronada o sin corona, a veces mirando a la izquierda, otras a la derecha, pero desde 1896 toda la plata rusa tendrá una cabeza en el sello de calidad, estandarizando así el sellado.

FRANCIA– desde el siglo XVI se ha estampado la plata francesa con una letra coronada por el gremio de plateros: La Maison Commune. Tras la Revolución de 1789 el control sobre la verificación y sellado de la plata en Francia pasó de las cofradías a manos del Estado. En 1797 se establecieron dos patrones de plata de ley: el del 95% y el del 80% de plata pura, indicados por el sello de un gallo dentro de un escudo y los numerales 1 o 2 para los patrones superior e inferior, respectivamente. Desde 1833 se empleó para las piezas más grandes un sello que mostraba una cabeza de soldado mirando a la derecha, que se identificaba con la diosa Minerva. Otra marca es una cabeza de águila, con la que hay que tener cuidado, ya que si aparece sobre un número estaremos ante una pieza portuguesa.

ALEMANIA– antes de que Alemania se convirtiera en Estado, a finales del siglo XIX, los gremios controlaban el patrón de la plata de ley y los objetos se marcaban con el sello de la ciudad y del fabricante. Ciudades como Dresde y Nuremberg también tenían un sistema de letra de fechado. En 1888 se introdujo un sello de una corona y una luna creciente para indicar una pureza de al menos el 80%. La pureza exacta de la plata la indica un número que aparece al lado (800).

Otros sellos europeos son: el león caminando hacia la derecha rodeado de una forma rectangular con la parte superior en punta y los bordes afilados propio de Holanda y un trébol de tres hojas y tres coronas que se atribuye a la plata sueca

SELLOS AMERICANOS– en Estados Unidos nunca se llegó a establecer un sistema integrado de sellado. No obstante, muchos fabricantes estadounidenses sellaron su trabajo con su nombre y apellidos completos, en lugar de usar sólo las iniciales, como hacían los plateros ingleses. La mayoría de fabricantes sellaron su plata con el nombre del fabricante o de la empresa, abreviado o completo. Eso ayuda a determinar dónde o cuando se hizo el objeto, puesto que las formas variaron según el lugar y el período de producción. Algunas empresas también usaron su propio sistema de sellado para indicar la fecha.