MARCAS DE LA CERÁMICA DE LIMOGES. SU VALOR DE MERCADO.

La porcelana de Limoges es una porcelana de alta calidad que primero fue desarrollada en China y utilizada más adelante en Europa. Es una porcelana dura que emplea el caolín, una arcilla blanca translucida, durable, no porosa y blanca pura, que consiste en óxido de silicio y el óxido de aluminio, con un contenido bajo en óxido de hierro y de otros óxidos metálicos. Todo esto se endurece por el calor. A partir del siglo XVIII, fecha de la primera fabricación, la notoriedad de la cerámica de Limoges se desarrolló hasta tal punto que el nombre de la ciudad se va a asociar inmediatamente a la cerámica. Será en 1768 cuando fueron descubiertos yacimientos de caolín, mineral indispensable para la obtención de la porcelana blanca, dura y transparente. A la calidad del producto y su proximidad material a las minas de caolín, se unen la tradición de la producción de esmaltes, que desde mediados del siglo XII inundó de joyas artísticas la Europa medieval, lo que produjo que Limoges se convirtiera en el centro de producción de porcelana de toda Francia.

La primera alfarería de cerámica en Limoges se fundó en 1770 y poco después quedó bajo el patrocinio del conde d’Artois, el hermano del rey Luís XIV. Las piezas que salían de ella eran tan caras, que sólo las podían costear las clases altas, por lo que en 1784 el monarca se haría cargo de ella, convirtiéndose en la filial de la Real Fábrica de Sèvres que era la que abastecía a la Corona. Durante la Revolución Francesa se interrumpió su producción y en 1796 la fábrica quedó desligada del poder real, posteriormente se fundaron nuevas fábricas. El número de trabajadores fue aumentando en el siglo XIX, contabilizándose treinta y dos alfarerías en la zona a mediados de siglo. Las dificultades económicas de los años veinte y treinta de la siguiente centuria afectaron a la región de Limoges, que no se recuperó hasta bien finalizada la Segunda Guerra Mundial.

La introducción de los hornos de gas en los años 50 volvió a relanzar la porcelana de Limoges, compuesta por fábricas que denominaban cada una de las piezas con sus marcas: Haviland, Ahrenfeldt, Guerin, Pouyat, Elite, y otros. Estas marcas son importantes ya que permiten conocer el nombre del minorista que realiza el pedido, de manera que si gusta, se le pidan más. Dentro de estos minoristas encontraremos marcas más destacadas, como fue Haviland, que otras por ejemplo Lanternier, de la que hablaremos a continuación. Hoy en día, estas marcas facilitan al coleccionista el poder datar las piezas, a veces afinando tanto que se puede saber el año exacto, dependiendo de lo que se muestre en ella.

A.LANTERNIER & CIA.

Frédéric François Lanternier se instaló en la rue Neuve des Carmelitas en 1857. En 1863 abre unos nuevos talleres en frente al Champ de Foire, donde se dedican a la decoración de la porcelana. Ya desde mediados del siglo XIX había comenzado a exportar sus cerámicas. Se asocia con Breuil, que en 1885 forma una compañía ubicada en la calle la Fonderie, donde se dedican a la fabricación de porcelana blanca, a la que en 1887, se uniría el hijo de Frédéric: Alfred.

Alfred Lanternier, trabajó en Inglaterra desde 1877 al 81, y se convirtió en representante europeo de la casa Wedgwood, después regresó a Limoges donde se asocia con su padre. En 1890 se hacen con el control de la fábrica Ardant Laporte, en cuyos talleres realizan la decoración Champ-de-Foire de porcelana blanca. Los Lanternier detienen su actividad alrededor de 1896, probablemente por el traslado a estos nuevos talleres, donde entre 1903 y 1908 se realizó la producción Roze. Se sabe que estos talleres fueron destruidos, aunque se desconoce la fecha exacta. En 1914 funda, junto a su cuñado: A. Lanternier & Cie. La compañía realizó piezas para vajillas y objetos decorativos. Desde 1915 añadieron a su catálogo cabezas de porcelana para muñecas. En los años sesenta del siglo XX desaparece su pista cuando pasan a formar parte de la compañía GDA Works. A continuación exponemos una serie de sellos con los que se marcaron sus piezas:

Sin determinar

Posiblemente sea la marca de exportación después de 1890, con marca similar diciendo sólo LANTERNIER utilizados antes de la finales de 1890.

 Impresionado (1890?)

Roja (1890)

  Verde (1891-1914)

Azul, rojo o marrón (1891-1914)

Decoración marca después de la Primera Guerra Mundial (1918) 

Valor de Mercado:

Lanternier no es una de las fábricas más conocidas dentro del mercado de cerámica de Limoges: Haviland, Elite France o simplemente Limoges France, son las manufacturas que más se encuentran dentro del mercado de coleccionistas. Como hemos citado anteriormente en la década de los sesenta, esta marca fue absorbida, por lo tanto en sus cien años de existencia y debido a lo frágil del material, nos han llegado escasas piezas de sus primeros años y más de la última década del siglo XIX. En algunas piezas hemos encontrado junto a  la firma de Lanternier la palabra London, lo que nos indica que estas piezas se realizaron en Francia para el mercado inglés o bien por encargo.

Para conocer el valor de una pieza de Limoges realizada por la casa Lanternier habremos de tener en cuenta muchas cosas: el sello que nos indicará aproximadamente, la antigüedad de la pieza; su decoración, más valorada la pieza pintada a mano que la que usa una plantilla o bien se ha realizado de manera mecánica; la pieza de la que hablamos, bien sea el número o la tipología: tazas, platos, teteras, fuentes, vajillas, juegos de café o de chocolate, candelabros,…

Hay dos mercados, el europeo y el americano, donde casualmente hemos comprobado que existe un importante número de piezas en el mercado de la más diversa índole y cuyo precio oscila entre los 5 a 20$ aquellas que carecen de la etiqueta “Hand Painted” y de 35 para arriba, sin superar los 150$ dólares, las piezas en las que en su reverso se incluye el pintado a mano. En Europa los objetos que hemos encontrado pertenecen en su mayoría a las realizadas después de la Primera Guerra Mundial, se valoran entre 20 y 50€, las pertenecientes al periodo comprendido entre 1891-1914 se cotizan por cantidades superiores a 70€ dependiendo de la complejidad de la decoración y de si están pintadas a mano. Dentro de Europa, destacaremos el mercado británico en el que los precios varían entre 6 y 42£.